viernes, 5 de marzo de 2010

HISTORIA DE LA CONTABILIDAD IV

CONTABILIDAD EN EL PERU
EN EL IMPERIO INCAICO

En el incanato, los encargados de llevar “la cuenta y la razón” de los bienes así como la historia de los acontecimientos importantes producidos en los reinados de los diferentes incas, eran los “Quipucamayoc”, es decir, los encargados de los nudos o “quipus” que era el sistema desarrollado por la cultura inca para satisfacer la necesidad de regreso y razón. Mucho han hablado y escrito los cronistas y los historiadores sobre los quipus y también, sobre los quipucamayoc por lo que se nos hace fácil diseñar una semblanza sobre los contadores incaicos.

Huamán Poma de Ayala señala que: no obstante la trascendencia de sus funciones, a los quipucamayoc, “se les reclutaba desde niños”, en las capas bajas de la población no existiendo referencia histórica sobre quipucamayocs pertenecientes a la aristocracia, llegando Poma de Ayala a ponerlos en “el nivel de porteros, mayordomos, despenseros y otros servidores análogos”.Estudiaban el secreto de los nudos en escuelas regentadas por los viejos quipucamayocs, dedicando toda su vida al estudio de los nudos estando, incluso, en la obligación de enseñarles dicho oficio a sus hijos, siendo la enseñanza muy severa pues les estaba permitido “incentivar la memoria de los muchachos dándoles pellizcos en sus carnes desnudas”.


De acuerdo con el Inca Gracilazo de la Vega, la estructura del Estado inca incluía a los quipucamayoc dentro de los funcionarios oficiales de cada pueblo en los que “por muy pequeños que fueran debían tener cuatro y de allí arriba hasta veinte y treinta según el tamaño del pueblo”. Estos quipucamayoc de cada pueblo tenían sus jefes o grandes quipucamayoc, a quienes entregaban sus cuentas tres veces al año, según lo visto por el cronista Cieza de León.

La ciudad en la que se encontraba trabajando, le proveía de vivienda, para él y su familia, para la escuela y para el depósito de quipus de cada quipucamayoc debía guardar cuentas principales, legislativos e históricos; se les daba también alimentación y mujeres para su servicio actualizados los registros y las cuentas, lo que les significaba a cada quipucamayoc un gran esfuerzo de memoria ya que el quipu “representaba la cifra mas no la palabra”, al decir de Gracilazo. El cronista Padre Calancha informa que al quipucamayoc, no le estaba permitido equivocarse y que cuando esto sucedía era castigado con la muerte; así mismo cuando se producía guerras civiles entre los gobernantes, el vencedor ordenaba la muerte de los quipucamayoc que habían servido al vencido a fin de que no se guardase memoria de su nombre.

Como elementos de trabajo, que el quipucamayoc tenía: las guillas, los nudos para registrar las cantidades y la yupana, especie de ábaco para el cálculo abreviado habiéndose descifrado, a la fecha, la forma de registrar cantidades en los quipus más no los significados de los colores de las cuerdas, mientras que de la yupana se desconoce su manejo.

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