viernes, 5 de marzo de 2010

HISTORIA DE LA CONTABILIDAD

ANTECEDENTES

La Contabilidad de acuerdo por Gertz (1996), hacia el año 6000 a.c., ya existían los elementos necesarios para la actividad contable: la escritura y los números; el concepto de propiedad, un gran volumen de operaciones, las monedas y quizás, el crédito en los mercados, al respecto existe una tablilla de barro, que data de la época, de origen sumerio, en la que algunos investigadores han creído encontrar registros de ingresos y gastos, a partida simple; otros más audaces identifican los registros a partida doble. Existen testimonios sobre contabilidad tanto en Egipto como en Mesopotamia. Pagani, en su obra “I Libri Comerciali”, quien al referirse a la Atenas del siglo V a.c., dice que habían reyes que imponían a los comerciantes la obligación de llevar determinados libros, con el fin de anotar las operaciones celebradas.

Continuando con Gertz, afirma que el primer gran imperio económico que se conoce fue el de Alejandro Magno, los banqueros griegos fueron famosos en Atenas, ejerciendo su influencia en todo el imperio. De ellos se dice: “Llevaban una contabilidad a sus clientes, la cual debían mostrar cuando se les demandara; su habilidad y sus conocimientos técnicos hicieron que con frecuencia se les empleara para examinar las cuentas de la ciudad”.

Sin embargo, es en Roma donde se encuentran testimonios especificados e incontrovertibles sobre la práctica contable, desde los primeros siglos de fundada, todo jefe de familia asentaba diariamente sus ingresos y gastos en un libro llamado “Adversaria”, el cual era una especie de borrador, ya que mensualmente los transcribía, con sumo cuidado en otro libro, el “Codex o Tabulae”, en el cual a un lado estaban los ingreso (acceptum) y al otro los gastos (expensum). También expone Gertz que se sabe con certeza que tanto en tiempo de la República como del Imperio, la contabilidad fue llevada por plebeyos, no así la actividad que se pueden considerar como el antecedente de la de auditor, los inspectores que se comisionaban con objeto de inventariar y revisar los diversos bienes que constituían los patrimonios romanos. Se sabe asimismo que dichos contables y auditores constituyeron colegios profesionales.

Durante el período comprendido entre el 453 – 1453 d.c. continúan los avances en la contabilidad, entre ellos los auxiliares, sin embrago para Gertz, son los libros de Francisco Datini (1366 – 1400) los que muestran la imagen de una contabilidad a partida doble que involucra, por primera vez, cuentas patrimoniales propiamente dichas, en efecto, al haberse la cuenta de pérdidas y ganancias se había solucionado el problema que tenían los comerciantes de esa época de no poder llevar en una sola cuenta su mercancía debido al hecho de que dichos efectos tenían, lógicamente, dos precios, el de costo de adquisición y el de venta, resultando de ello que la utilidad obtenida hacía aparecer la cuenta de caja con una diferencia en los asientos de ingresos y egresos, como consecuencia de lo antes dicho, más con la nueva cuenta que recogía las diferencias, se podían registrar cuentas patrimoniales que seguían la historia de las mercancías y de las utilidades o pérdidas obtenidas como resultado del tráfico de las mismas. Presenta asimismo esta contabilidad la innovación de que abría y cerraba las operaciones bianualmente con un estado financiero en donde claramente se estipulaba el patrimonio de la unidad económica, informando en el mismo el resultado de las operaciones como la participación individual de los socios, lo que determinaba del saldo de las cuentas personales que se llevaba a cada socio de la propia empresa.

Llega el siglo XV y con él dos grandes acontecimientos: la generalización de los números arábicos y la imprenta que harían entrar a la contabilidad, al igual que a las otras ciencias, en una etapa de divulgación. Data de esa época el libro “Della mercatura et del mercanti perfecto”, cuyo autor fue Benedetto Cotingli Rangeo, quien lo terminó de escribir el 25 de agosto de 1458 y fue publicado en 1573. El libro aunque toca la contabilidad de manera breve, explica de una manera muy clara la identidad de la partida doble, el uso de tres libros; el Cuaderno (Mayor), Giornale (Diario) y Memoriale (Borrador), afirma que los registros se harán en el Diario y de allí se pasarán al Mayor, el cual tendrá un índice de cuentas para facilitar su búsqueda, y que deberá verificarse la situación de la empresa cada año y elaborar un “Bilancione” (Balance); las pérdidas y ganancias que arroje serán llevadas a capital, habla también de la necesidad de llevar un libro copiador de cartas (libro de actas). Sin embargo es fray Lucas de Pacciolo, quien en su libro “Summa”, publicado en 1494, se refiere al método contable, que se conoció desde entonces como “A lla Veneziana”, que amplía la información de las prácticas comerciales: sociedades, ventas, intereses, letras de cambio, etc. En forma detallada toca el tema contable, luego en otros países se harían publicaciones que ampliarían el tema.

Llega el siglo XIX y con él, el código de Napoleón (1808), comienza la revolución industrial, Adam Smith y David Ricardo, echan las raíces del liberalismo, la contabilidad comienza a tener modificaciones de fondo y forma, bajo el nombre de “principios de contabilidad”, en 1887 se funda la “American Association of Public Accountants”, pero antes, en 1854 “The Institute of Chartered Accountants of Scotland”, en 1880 “The Institute of Chartered Accountants of England and Wales”, organismos similares los construyen Francia en 1881, Austria en 1885, Holanda en 1895 y Alemania en 1896. En el siglo presente y a raíz de la crisis de los años 30, en Estados Unidos, el Instituto Americano de Contadores Públicos, organizó agrupaciones académicas y prácticas para evaluar la situación, de allí surgieron los primeros principios de contabilidad, vigentes aún muchos de ellos, otros con modificaciones. También, la crisis, dio origen al cambio de la certificación por los dictámenes de los Estados Financieros. En 1953 se publica por primera vez el C.P.A. Handbook.

No hay comentarios:

Publicar un comentario